BRAISL Y SUS ELECCIONES (Fuente: https://peru21.pe/)

06.11.2014 20:38
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Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Dilma Rousseff ha sido reelegida en Brasil y Tabaré Vázquez, aunque no ganó en primera vuelta, parece que llegará otra vez a la presidencia de Uruguay. Para analizar lo sucedido buscamos a Ariel Segal, columnista de Perú21.

Ganó Dilma Rousseff y la Bolsa de Sao Paulo se desplomó…
Ganó, pero por muy poco porcentaje, lo que confirma que el Partido de los Trabajadores (el partido de Rousseff y Lula), aun ganando, ha perdido, pues su popularidad, prestigio y credibilidad han caído. Hoy en Brasil hay un gran descontento social, hay polarización; en términos reales, Brasil está dividido en dos. Esto sucede cuando un partido permanece mucho tiempo en el poder: la gente se va cansando y la corrupción avanza, copa todos los niveles. En Brasil hay corrupción en el Estado y en el sector privado, y mucha de ella se hizo más evidente por las multimillonarias inversiones hechas para el Mundial de Fútbol.

Pero los empresarios apostaron por Aécio Neves…
Así es, porque ellos desean cambios en la política económica, una mayor apertura. Esto, sin duda, ha influido en la caída de la bolsa. Ahora, la política económica es por todos conocida, así que los sobresaltos de la bolsa pasarán en los próximos días.

¿Rousseff creó un sistema de clientelaje?
Es una mezcla. Lula y Rousseff lograron varias conquistas sociales. Eso no se puede negar. Sin embargo, con el paso del tiempo, la gente quiere más porque se le promete más y, como no se le cumple, deja de apoyar al gobierno. También es verdad que, después de 15 años en el poder, el Partido de los Trabajadores ha creado una cultura de clientelaje, sobre todo para los trabajadores estatales, pero de una manera más sutil, no tan abrupta, como pasa en Venezuela o Nicaragua.

¿Al elector latinoamericano no le importa que sus políticos sean corruptos?
Es una pregunta muy difícil. En el caso de Brasil, primero, que Rousseff haya ganado por solo dos puntos demuestra que el tema de la corrupción sí la afectó. Segundo, ella supo desmarcarse, al menos en gestos, de la corrupción: cuando algún ministro o funcionario era descubierto, era inmediatamente separado del Gobierno. Así, Dilma decía que la corrupción era crónica, estaba en su partido, pero no llegaba a ella y hasta la combatía. Tercero, quienes manejaron su campaña, sus marqueteros políticos –que son los que trabajan con Luis Favre– son muy hábiles: no solo lograron que ganara las elecciones, sino que liquidaron a Marina Silva en solo diez días, quien se perfilaba como su principal rival. Es decir, Rousseff ganó, entre otras cosas, por el sistema de clientelaje que ha establecido su partido, porque el Partido de los Trabajadores maneja más dinero que sus rivales e hizo una campaña más costosa, porque trabajó muy bien el márketing político y porque es innegable que ha habido mejoras para algunos sectores de la población. Su victoria ajustada no me sorprendió, me habría sorprendido si su ventaja hubiera sido de ocho o diez puntos.

Muchos analistas sostienen que Rousseff no ha hecho un buen gobierno, que Brasil crece solo al 1.6% por año…
Hay que agregarle el ‘factor Lula’. La gente lo recuerda con cariño y este, a pesar de algunas discrepancias –cierta independencia, lanzar su candidatura a la reelección–, supo respaldar a Rousseff, supo estar a su lado para recordarle a la gente que ella era su candidata.

 

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